Quienes hacen estudios de mercado están usando la tecnología para introducirse en nuestro cerebro primitivo y leer nuestras emociones, todo por el afán de vender. Ya están experimentando con aplicaciones de computadores y teléfonos inteligentes
"El problema de la investigación de mercado es que la gente no sabe lo que siente, no dice lo que piensa y no hace lo que dice".Así lo dijo el publicista David Ogilvy, y sus palabras llegaron al corazón del que aún hoy sigue siendo el mayor desafío del mundo empresarial: ¿cómo se puede averiguar si a la gente le gusta lo que le están tratando de vender?
La tecnología ofrece una respuesta a la pregunta de Ogilvy, quien falleció en 1999, probablemente nunca previó.
Los investigadores de mercado ya están experimentando con aplicaciones de computadores y teléfonos inteligentes que prometen revelar la capa subconsciente del cerebro del consumidor.
Además, dado que esta tecnología puede funcionar de automáticamente y a tiempo real, podría usarse para evaluar la respuesta emocional de millones de personas antes de que cualquier producto vea la luz.
Y, con una pequeña salvedad, este poder podría transformar la investigación de mercado y el mundo de los negocios en general, para siempre.
(Por cierto, la "pequeña salvedad": para seguir adelante con esto, uno tiene que estar dispuesto a creer que los computadores pueden descifrar las complejidades de la emoción humana).
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